LA FRASE

La frase de la semana: "Pareciera que a los ministros les bajaron la palanca y no piensan más". Roberto Lavagna.

martes, 25 de septiembre de 2012

"En EE.UU. se conoce poco a Cristina", dice el creador de la cátedra argentina

(Diario Perfil, 23/9/12) 
(También recomiendo la entrevista de Pagina/12, que es más académica, y menos política)

Erick Langer es el director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, donde el próximo miércoles Cristina Kirchner inaugurará una cátedra sobre la Argentina. Sin darse cuenta, Langer utilizó una muletilla kirchnerista para describir que será “una cátedra para todos”, en el sentido de que tendrá “diversidad de opiniones y fines académicos”. Después del discurso de la Presidenta, se abocarán a temas como “la imagen de Evita en el imaginario político” y “la relación bilateral con Estados Unidos”.
—¿Por qué decidieron hacer la cátedra?
—Porque nos parecía que a la Argentina se la había dejado de lado en la discusión sobre América latina. Se hablaba de Brasil, Colombia o México. Pero la Argentina, que es un país sumamente importante, había dejado de estar en primera plana. Esperamos que pueda servir para mejorar las relaciones bilaterales, no solamente de los gobiernos sino también al nivel de la sociedad civil.
—¿Y por qué la Argentina fue dejada de lado?
—Más que nada porque Brasil surgió en el imaginario como un país muy importante. Acá se habla de Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Y obviamente no es Bricsa ni nada de eso... la Argentina no figura. Pero creo que es importante que se la tome en cuenta en toda su complejidad.
—¿La embajada participó?
—Sí, el embajador Jorge Argüello fue fundamental. El me lo propuso y me pareció una idea excelente. Y me ayudó a conseguir los fondos. Obviamente, vamos a tomar en cuenta toda la diversidad que existe en la Argentina. Y él estuvo de acuerdo en que esto no puede ser un órgano de propaganda.
—¿Cuál es la visión de la Argentina que debería mostrar la cátedra?
—Que es un país muy complejo y diverso. Con muchas riquezas y también con sus problemas, pero que vale la pena conocer. Que tiene importancia tanto en el hemisferio como a nivel mundial, donde es parte del G20. Lo importante es que no se llegue a caricaturas de la Argentina, sino que se entienda de una forma más sofisticada. 
—¿Cuáles son las riquezas y los problemas que se ven?
—Entre las riquezas está que es uno de los países más importantes en producción agrícola. También tiene muchos recursos mineros y energéticos. Hay una riqueza cultural muy importante. Y me encantan sus vinos... Bueno, y el fenómeno del peronismo es algo único en el mundo. Un problema económico importante es que la Argentina sigue exportando sobre todo materia prima. Para colmo, ahora China se está desacelerando y eso va a afectar profundamente a la Argentina. Y evidentemente hay una división política muy importante, y eso creo que a la larga no es bueno. Hay que tener consenso en algunas cosas. Acá estamos teniendo un proceso parecido.
—Entre los presidentes latinos, ¿qué imagen se tiene de Cristina en Estados Unidos?
—Lamento decir que se la conoce poco a Cristina. Se conoce más a Dilma Rousseff, o a Juan Manuel Santos, Felipe Calderón y ahora (Enrique) Peña Nieto. Y ni hablar de (Hugo) Chávez, el más famoso de todos. Y Raúl Castro, por supuesto también. Se sabe que ganó las elecciones con una mayoría absoluta, pero no se conoce mucho más.
—¿La charla va a estar abierta a preguntas?
—Va ser abierta a preguntas para estudiantes. No podemos hacer acá lo que no se hace en la Argentina. Sería el colmo que haya ruedas de prensa acá y no allá. Y nosotros queremos destacar la cátedra argentina, y si se hiciera rueda de prensa se volcaría a temas internos y no conseguiríamos ese efecto.
—La Presidenta siempre hace mención a una refundación del país. ¿Comparte esa visión?
—No conozco suficientemente su discurso para poder opinar. Me parece que muchos movimientos políticos intentan refundar el país, y eso es parte de la retórica. La presidenta Kirchner viene de una larga herencia peronista y está actuando dentro de esa lógica. Yo como historiador veo más continuidad que otra cosa.

Para hacer campaña en 2013, destinarán más fondos para obras y áreas sociales


En los años electorales debe crecer la inversión en obra pública. Esa frase ya se convirtió en uno de los mandamientos del kirchnerismo a la hora de elaborar el Presupuesto Nacional. Y el proyecto que establece cómo se gastará el dinero estatal en 2013 lo cumple a rajatabla. Tanto las grandes obras como los gastos sociales aumentarán el año próximo por encima de lo que crecerán los gastos totales de la administración.
Según el proyecto que presentó el jueves el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, en la Cámara de Diputados, los gastos totales crecerán 24% (de toda la administracioón) en relación con el Presupuesto 2012, pero la inversión en grandes obras en un año electoral –donde siempre ayudan los actos de inauguración– crecerá 33%.
Los gastos en servicios sociales también aumentarán por encima del promedio del presupuesto. Aunque en este caso ese aumento es porcentualmente menor al que se dio en años anteriores. En 2013 subiría un 31%, cuando en el Presupuesto 2012 había llegado al 33% (en 2011 aumentó el 37%). Son los gastos que el Gobierno dispone para salud, educación, asistencia social, vivienda y trabajo, entre otras cuestiones con impacto social.
Además, en el esquema presupuestario se repite otra tradición: Santa Cruz se destaca como una de las provincias más beneficiadas en los fondos que distribuye el Ministerio de Planificación, que lidera Julio De Vido. Ese privilegio siempre se dio, sobre todo, en los recursos de Vialidad, pero ahora también se agregó el del programa habitacional Techo Digno.

Grandes obras.
 La grilla de grandes obras que inciden en ejercicios futuros suele incluir una larga lista de promesas que cada legislador puede mostrar en su provincia como un logro. Sin embargo, la experiencia muestra que muchas veces esas obras quedan solamente en los papeles o que los niveles de avance físico son mínimos.
Los presupuestos de toda la gestión de Cristina Kirchner reflejan que esas cifras se mueven según el termómetro electoral (al compás electoral).
En 2009, 2011 y 2013, las promesas de grandes obras aumentaron, en comparación con los años anteriores. En 2010 y 2012, por el contrario, hubo un retroceso. El caso paradigmático fue el del 2011, que coincidió con la elección presidencial: aumentó un 191%, aunque hay que destacar que el período anterior venía del contexto de crisis mundial.
La otra cuestión que se repite año tras año, es que las promesas de grandes obras incluyen un muy bajo nivel de avance en su primer año. Los más de 4.500 millones que se prometen para 2013 representan tan sólo el 4% de los 112.000 millones que supuestamente costarán todas esas promesas en caso de concretarse.

Asistencia.
 Desde Planificación, De Vido siempre tiene el mayor presupuesto para distribuir entre las provincias sin un criterio explícito. Y una vez más, Santa Cruz estará entre las más beneficiadas, sólo detrás de Buenos Aires y Chaco.
Gran parte de los fondos que recibirá son de los recursos de la Dirección de Vialidad, donde aparece en el segundo puesto. En algún momento, desde el kirchnerismo se justificó ese tradicional beneficio en los costos por cuestiones climáticas. En Chubut, sin embargo, no se utiliza el mismo criterio. Lo presupuestado, y supuestamente invertido en obras viales en el territorio de los Kirchner, desde que llegaron al poder debería haber generado un cambio sustancial en las rutas santacruceñas.
Este año, además, la provincia se posicionó entre las cinco privilegiadas en el programa Techo Digno, por encima de grandes provincias como Córdoba, Santa Fe y Mendoza. También supera a distritos con mayores problemáticas habitacionales, como Chaco, Santiago del Estero o, incluso, la Ciudad de Buenos Aires.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Para pensar: ¿Lo de los dólares no era por el Boden 2012?

El otro día me acordé que uno de los argumentos principales para imponer el cepo al dólar era que había que pagar la última cuota del Boden 2012. Eso fue en agosto, y las restricciones no sólo se mantienen, sino que fueron profundizándose. ¿No era por los Boden entonces? ¿El problema es más grave? ¿Cuál será el nivel real de reservas? ¿O el objetivo es devaluar pero sin decir que devaluamos? Todo sea por el modelo.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cacerolas con un ruido contundente, pero llenas de contradicciones

Las multitudinarias manifestaciones del jueves 13 fueron contundentes, y de eso no quedan dudas. Seguramente marcarán un quiebre en la coyuntura política, dejando un mensaje de que amplios sectores de la sociedad no solamente están disconformes con determinadas decisiones gubernamentales, sino que están con bronca. Pero es muy difícil analizar las motivaciones que tuvo cada uno de los cientos de miles que marcharon en gran parte del país. Y ahí está la primera de las contradicciones. Contradicciones que de ninguna manera minimizan la magnitud de la protesta, pero que son claves para el análisis.

No es lo mismo marchar en contra de las restricciones para comprar dólares que contra la re-reelección. Ni contra la inseguridad o contra los abusos de poder. Tampoco es lo mismo enojarse por las inagotables cadenas que por la corrupción. Estaban los que se vieron afectados por el cierre de importaciones, y los que  se horrorizaron cuando Cristina pidió que se le tenga "un poquito de miedo". También a los que recién ahora les empezó a molestar una inflación que viene alta hace más de 5 años. Cada uno tuvo su motivación, o  acumulación de motivaciones. Pero claramente no todos tenían el mismo objetivo, y eso es contradictorio.
"Que se vayan todos", cantaban algunos, repitiendo un hit del 2001-2002. Es una sensación genuina, de sectores que se quejan del autoritarismo, pero que tienen escaso compromiso democrático. Pretender que una Presidenta que lleva apenas 9 meses de mandato abandone su cargo es indefendible. Ni hablar de quienes le desean la muerte. Pero por otro lado, estaban los que solamente piden un cambio, una vuelta atrás con determinadas medidas. No son golpistas, ni seguidores de Cecilia Pando. Son ciudadanos que se sienten afectados por las decisiones del Gobierno y por eso reclaman. Los dos sectores marchaban juntos, y eso es contradictorio.
Nadie de la oposición puede capitalizar el reclamo. Es cierto. La falta de una oposición fuerte es una de las causas de la marcha: al no haber nadie que logre poner un freno (culpa opositora y mérito del oficialismo) muchos encontraron la solución cacerola en mano. Pero también es cierto que entre los manifestantes había dirigentes y militantes de diferentes fuerzas de la oposición, que se mezclaron entre la gente, pero que sumaron número. Muchos miles hoy no sabrían a quien votar, pero muchos otros sí. Les gusta Macri, Binner, Alfonsín, Cobos, Lilita... y hasta Moyano ahora les puede caer más simpático. Incluso, es probable que haya habido gente que votó a Cristina. Algunos no la volverían a votar nunca más. Pero otros, si determinadas cosas se corrigen, la podrían hacer. "Nos escuchó", sería el argumento. Demasiada mezcla para poder entender el panorama, y eso es contradictorio.
"Se va a acabar, la dictadura de los K". Cada vez que escuchaba que cantaban contra la dictadura me agarraban escalofríos. Uno de los reclamos más escuchados era el de "libertad". El cepo al dólar es un condicionante, pero la gente terminó de enojarse cuando se dio cuenta de las dificultades que iba a tener para pasear al extranjero en las vacaciones, después de todo un año de trabajo. Y eso no es de ricachón. Afecta mucho más allá de Santa Fe y Callao. Pero la falta de determinadas libertades de ninguna manera puede automáticamente considerarse una dictadura. Una marcha de estas características sería imposible en una dictadura, y muchos de los presentes deberían saberlo. En esa misma plaza, muchas se vieron obligadas a circular... Eso, también es contradictorio.
Tanto al empezar el recorrido como al terminarlo, me encontré con cartoneros revolviendo la basura. No estaban protestando, sino que cumplían con su jornada de trabajo. En todos estos años la realidad de muchos sectores no mejoró. Las cifras reales de pobreza no bajaron como indica el Indec. Hay piqueteros, de los que no fueron cooptados, que se vienen manifestando para lograr mejorías. Pero en esos momentos la lucha de los piquetes y las cacerolas no fue una sola. Los reclamos generalmente son "egoístas", ya sea de los Qom en Formosa, ambientalistas en contra de la megaminería o docentes por un salario justo. Me gustaría, sin embargo, que los reclamos justos pero ajenos también convoquen. Me resulta contradictorio, aunque se que es demasiado pedir.

Ahora bien, ¿el cacerolazo del jueves 13 es condenable o repudiable por sus contradicciones? Para nada. Está bien que la gente reclame y se movilice como manera de canalizar su descontento. Pero es fundamental que se entienda de manera precisa. Porque sino después las desilusiones son más grandes. El cacerolazo es un reclamo, y nada más. Ninguna "salvación" opositora necesariamente surgirá de allí y ningún Presidente debería caer.
Pero cuando las protestas no tienen un horizonte claro, el panorama se puede tornar peligroso. Y allí es donde el Gobierno tiene una responsabilidad fundamental. El descontento es genuino. Sea de la clase social que sea. El no escuchar, el hacer caso omiso, sólo puede extender el reclamo. Y con tantas contradicciones las cacerolas pueden terminar en cualquier puerto. O en cualquier horno.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Los políticos no muerden: Daniel Filmus

Los diputados son los representantes de los ciudadanos de cada provincia, por eso se eligen de manera proporcional a la cantidad de habitantes. Los senadores, en cambio, son los representantes de las provincias, y por eso todas tienen el mismo peso. Esta semana, sin embargo, quedó demostrado que hay senadores que no responden a los intereses de su distrito, sino a la lealtad a su líder político.
Es el caso, por ejemplo, de Daniel Filmus. Senador por la Ciudad de Buenos Aires, dos veces candidato a jefe de Gobierno. Sin dudas un dirigente de peso en el territorio. Ayer, sin embargo, votó a favor del proyecto que le quita fondos al Banco Ciudad para pasárselos al Nación.
Son fondos de la Justicia federal, y por eso el Gobierno argumenta que debería administrar esos fondos el Nación. Pero lo cierto es que en cada provincia estos fondos, que se usan entre otras cosas para dar créditos, los administra el banco provincial o el agente financiero local. Y justo el Gobierno porteño había lanzado a principio de año una línea de créditos para vivienda...
El objetivo es claro: dañar al Gobierno de Macri. El problema es que el daño se lo hace a toda la Ciudad, incluyendo a sus futuros gobernantes, entre los que le gustaría estar al propio Filmus probablemente. No es el único porteño que votó en contra de la Ciudad: en Diputados, también los hicieron los kirchnerista Carlos Heller, Roberto Felleti, Andrés Larroque, María del Carmen Bianchi, Mara Brawer y Juan Carlos Junio.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿Confesó que lo de la re-re no camina?

Los reproches de Cristina Kirchner ante los reclamos del presidente de Techint, Paolo Rocca, dejaron entrever una lectura: Ella no está convencida de que vaya a seguir siendo la Presidenta de todos los argentinos después de 2015.
En sus críticas sobre la falta de competitividad, luego morigeradas, el titular de la industria más grande del país se mostró optimista respecto al panorama hacia el 2018. "Argentina va a ser un país muy distinto del que es hoy, somos optimistas", dijo.
La respuesta de Cristina fue: "Bueno, fácil, me parece que el obstáculo para que haya mayor competitividad con respecto al costo laboral, soy yo, me parece". Así de simple. No rechazó esa teoría. Ni siquiera planteó que esa era la especulación de Rocca. Simplemente tuvo la lectura que cualquier otro tendría, que en 2018 debería haber otro presidente. No pidió que nadie se haga los rulos, ni tampoco avisó que todavía falta mucho tiempo para 2018. Habló. ¿Y confesó?

martes, 11 de septiembre de 2012

¿Quién decía: “Voté a Menem en el ’89 y ’95, y creo que no me equivoqué”?

Sí, adivinaron. Cristina Fernández de Kirchner lo dijo en una entrevista de la Revista Noticias en 1996. Ya estaba distanciada del menemismo, pero igual defendía su voto. Aclaración: creo que las personas pueden cambiar de opinión con el paso del tiempo. Sobre todo de una década a otra. El problema es cuando se denostan tiempos pasados, desligándose de las responsabilidades propias. Los noventa fueron culpa de Menem, claro. Pero también de sus ministros, sus legisladores, sus seguidores y sus votantes. Y el voto del '89 pudo haber sido fruto del engaño de la "revolución productiva". El del '95 era claramente una defensa del modelo de ese entonces... Pero bueno, ya en la Convención del '94 Cristina había destacado la reforma del Estado que había realizado Menem.

CFK busca el voto joven pero no firmó un tratado que les da derechos


El proyecto oficial que promueve que los jóvenes puedan votar a partir de los 16 años no sólo generó debate por la iniciativa en sí, sino también por las políticas implementadas por el Gobierno para atender las problemáticas de esa franja etaria. Y el relevamiento deja en evidencia deudas en la materia que ponen un manto de sospecha sobre el argumento oficial de asignar más derechos a los jóvenes.
Las principales críticas están centradas en que la Argentina todavía no ha firmado la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes, el primer tratado internacional que pone el foco específicamente en esos derechos y utilizado como referencia en otras regiones del mundo.
Por otra parte, el Congreso no avanzó en la sanción de una ley nacional de juventud, tal como rige en otros lugares del mundo, aunque sí aprobó la creación del Consejo Federal de la Juventud, que es criticado por funcionar como un aparato de difusión del kirchnerismo.
Según datos de la Unesco, la cifra de jóvenes catalogados como “ni-ni” (ni estudian, ni trabajan) aumentó en los últimos años a casi un millón. Además, en sintonía con una realidad mundial, la tasa de desempleo juvenil (hasta 24 años) duplica a la de los adultos, con un 17 por ciento en mujeres y 12 por ciento en varones.
En ese marco, el Gobierno aplicó el programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, el cual fue criticado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por excluir a la franja de 16 y 17 años, calificada como la “más vulnerable” y a la que justamente se quiere sumar al mundo electoral.
Convención. La Convención fue firmada el 11 de octubre de 2005, en Badajoz, España. Está constituida por 44 artículos entre los que se establece que los Estados reconocen el derecho de los jóvenes a gozar de todos los derechos humanos, y se comprometen a garantizarles el pleno ejercicio de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Hace especial hincapié en temas como salud, trabajo, educación y sexualidad.
De los 22 países que forman parte de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ) hay solamente seis países que todavía no suscribieron la Convención, entre ellos Argentina (también Brasil, Chile, Colombia, El Salvador y Andorra). Tanto en 2008 como en 2010, diputados del Partido Socialista presentaron en la Cámara de Diputados proyectos en los que le exigen al Poder Ejecutivo que cumpla con ese paso. En 2009, el entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, mandó una respuesta al reclamo, pero hasta ayer PERFIL no pudo dar con su contenido, ni desde el socialismo ni desde el entorno del actual senador.
Entre los derechos de la Convención, la política merece un apartado especial. El artículo 21 promueve la participación de los jóvenes, garantizando el derecho a elegir (sin aclarar edad mínima), pero también a participar en la formulación de políticas para la juventud.
En ese sentido, la OIJ destacó esta semana, a través de un comunicado, la propuesta de voto a los 16, destacando que responde a los parámetros del tratado. Pero en la página de internet de la Convención no sólo se destaca que la Argentina no lo suscribió, sino también que “no existe Ley de Juventud, a pesar de haber sido presentados diversos proyectos”.
Leyes. Ya desde 2003 había un proyecto de Margarita Jarque, del Frente Grande, que establecía los “derechos y obligaciones” de los jóvenes argentinos y extranjeros residentes en el país. La acompañaron Nilda Garré y Elisa Carrió, entre otros. En 2009, Victoria Donda y Cecilia Merchán armaron un nuevo proyecto.
Hubo otros que tampoco prosperaron, ya sean de oficialistas como de opositores. Desde observatorios hasta la incorporación de un “cupo joven” en las listas de legisladores. El único que avanzó fue el que creó el Consejo Federal, que nuclea a los referentes del área de todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Se creó en el ámbito de la Dirección Nacional de Juventud y tiene como fin “colaborar con el diseño y la coordinación de políticas públicas de juventud”.
Nicolás Pechersky, del PRO y representante porteño en el Consejo, aseguró que tiene “un funcionamiento muy político, salvo Santa Fe y Capital, el resto son todos kirchneristas, y la mayoría de La Cámpora”. Igual valoró que en las reuniones (cuatro al año) “cada uno opina lo que quiere”. El resultado está a la vista. Uno de los proyectos fue la pintada de murales y el otro la publicación de la revista Juventudes. En ambos casos se utilizaron para defender al kirchnerismo.
Por las dificultades de los jóvenes para ingresar al mundo del trabajo y las críticas que lanzó la OIT al programa del Ejecutivo, el diputado Roy Cortina presentó un proyecto para promover el empleo juvenil. Allí, el socialista también critica que el 77% de las acciones del programa apuntan a la finalización de la escuela y sólo el 6% sirve para formar profesionalmente a los jóvenes. Además, analizó que el 30% de los inscriptos se quedan sin respuestas y que sólo el 33% de las oficinas de la red del Ministerio de Trabajo crearon un área de empleo joven.

viernes, 7 de septiembre de 2012

¿Para reír? Yo temo, tu temes, ellos temen...

En su ya tradicional discurso diario, Cristina Kirchner volvió a dejar, entre muchas otras, una frase para la polémica. "Sólo hay que tenerle temor a Dios... y a mi en todo caso también un poquito". Se podrían decir muchas cosas, como que a un estadista no se lo tiene que temer, sino que un tirano es el que gobierna a través del miedo. O que cualquier liderazgo que se base en el temor es porque no genera el respeto necesario para que se lo obedezca por convicción. O que muy pocas personas se creerían capaces de compararse con Dios, salvo que sean humoristas y estén en medio de un espectáculo. O que sean Maradona (aunque el Diego sería el Dios bondadoso, no el temeroso). En fin, muchas cosas que se van a escuchar o leer. Yo prefiero recuperar este video que recordó un amigo, y tomarlo con humor...


lunes, 3 de septiembre de 2012

CFK en 1994: "La constituyente no se reunirá en 50 años"

(Diario Perfil, 1/9/2012)
Néstor y Cristina, junto al Chueco Mazzón, en el 94',
“Teníamos aquí una oportunidad importante y única en la historia. Una convención constituyente no se va a volver a reunir en cincuenta o en cien años más”. La dueña de esas palabras no es otra que Cristina Kirchner. Y las dijo hace 18 años, en la Convención Constituyente que en 1994 modificó la Constitución que, entre otras cosas, incorporó la posibilidad de una sola reelección para el presidente.
Tanto Cristina como Néstor Kirchner fueron convencionales y votaron a favor de la nueva Carta Magna que pergeñó Carlos Menem. La misma que hoy desde sectores del kirchnerismo es tildada de “neoliberal”.
El único cambio en el que el matrimonio marcó su disidencia fue respecto del tema coparticipación. En la sesión del 4 de agosto del 94, Cristina planteó que había que “modificar las relaciones de fuerzas entre las provincias y la Nación; modificar la posición de dónde y cómo discuten las provincias frente a la Nación”. Además, destacó el trabajo hecho por Menem para “reformular el Estado”. El 10 de agosto, Néstor, que era gobernador de Santa Cruz, se quejó de que no le llegaban fondos cuando criticaba: “A diario me toca vivir ese peregrinar para lograr decisiones, porque cada vez que hago una crítica o levanto mi voz se me duermen hasta los cheques en los cajones”. El encargado de responderle desde el menemismo fue Jorge Yoma, hoy diputado K.
En ese entonces, Cristina probablemente ni se imaginaba que algunos de sus planteos se iban a contradecir con lo que algunos kirchneristas intentarían modificar años después.
Un claro ejemplo se da con los recursos naturales. Según publicó PERFIL en su última edición, uno de los puntos para modificar sería el de que dichos recursos pasen a la órbita nacional. En el 94, Cristina presentó un dictamen que les daba esa potestad a las provincias con mucha más profundidad de la que finalmente quedó establecida. 
En una de las primeras sesiones, Kirchner protagonizó un cruce con sus pares porque consideraba que el valor de las dietas era elevado. Lo cruzó, entre otros, Raúl Alfonsín: “Hombres de la fortuna por todos reconocida del señor gobernador Kirchner podrán renunciar seguramente a todas las dietas”.

Encuestadores dudan sobre la re-re y ven la definición en las legislativas


Luis Costa, Artemio López, Graciela Römer y Federico González
Cuatro encuestadores reunidos por PERFIL dejaron en evidencia las amplias diferencias que hay en sus mediciones, aunque lograron coincidir en tres puntos. Primero, que el escenario de la re-reelección es todavía incierto y que recién se podría definir con las elecciones de 2013. Segundo, que Hermes Binner es el opositor mejor posicionado, aunque lejos de Cristina Kirchner. Y por último, que no le recomiendan a Daniel Scioli romper con el Gobierno. En lo demás, fueron todas diferencias entre Graciela Römer (Römer y Asoc.), Artemio López (Equis), Luis Costa (Ipsos) y Federico González (Opinión Autenticada).
—A un año de la elección, ¿Cristina está mejor o peor?
LOPEZ: La vemos sin grandes variaciones. Lo que sí observamos es que la oposición se fragmentó en dos niveles. Votó dividida las principales determinaciones del Gobierno y, por otro lado, emergió una nueva figura como Mauricio Macri que terminó de completar aún más el panorama de archipiélago de la oposición.
GONZALEZ: Para nosotros la imagen se deterioró. En el mejor momento la teníamos en 61 puntos y ahora en 39. En intención de voto tenemos que ganaría igual, con cerca de un 35%. Segundo Binner con un 20% y Macri tercero con el 14. En síntesis, entendemos que una serie de factores explican esa merma de imagen. Cronológicamente son: el tema Boudou, la tragedia de Once, el estancamiento de la economía y el cepo del dólar.
COSTA: Para nosotros no se ha modificado considerablemente el escenario. El último valor que tenemos es de 60 y a fin de año estaba en 67. Sí vemos un gobierno que se sostiene mucho más en ella. Por eso creemos que la discusión de la reforma de la Constitución se inserta en esa lógica, en la soledad de Cristina.
RÖMER: Hacemos una lectura intermedia. Hubo desde octubre un razonable deterioro. Y me parece difícil que pueda sostenerse un 60% de imagen positiva cuando las demandas insatisfechas vienen creciendo. Por primera vez vemos que mientras el temor al desempleo está estabilizado, crece la preocupación por la inflación. También la demanda de mayor control ante la corrupción. Y hay una baja de las expectativas de corto plazo.
—¿La puesta en escena, con tantas cadenas nacionales, lo puede afectar?
L: Es un gobierno que si no fuera por Cristina no comunica nada. Pero no le afecta.
R: El hecho de que Cristina sea el único emisor habla de falencias comunicacionales. Logra reforzar el núcleo duro, pero pone luces amarillas sobre un sector border line.
G: Yo creo en la teoría de los tres tercios. Uno que le va a festejar todo. Otro que es antikirchnerista. Y un tercio que va y viene, y en esa porción el resultado tiende a lo negativo.
C: Le mantiene la situación de imagen en donde está. El kirchnerismo es como una fábrica con la capacidad ocupada completa: tiene su nivel de producción de imagen al tope. Este es su techo y cada vez tiene que hacer más esfuerzos para mantenerlo.
—¿Ven posibilidades de que la re-re se lleve adelante?
L: La aceptación social de la continuidad del modelo es amplia, pero si se vincula eso con la re-reelección veremos. Eso lo dirá el clima que se cree a partir de las elecciones de 2013. Mi perspectiva es que nada está cerrado.
G: Hoy si hubiera un plebiscito sería inviable. Pero eso no condice con la realidad de cómo se llegaría a esa mayoría necesaria. Es incierto.
R: El tema reelección transcurre por dos canales. Desde el punto de vista de la opinión publica, hoy el concepto de reelección no cuenta con consenso. Esto es independiente de la viabilidad de una reelección, en función de lo que ocurra en las próximas elecciones. Está todo en veremos.
C: Nosotros preguntamos si había acuerdo a fin de año pasado y respondía a favor el 32%. Lo volvimos a preguntar ahora y estaba arriba del 40%. Me da la sensación de que si en la oposición, e incluso dentro del kirchnerismo, no se generan opciones nuevas, la lectura que va a hacer la gente es que la única alternativa es Cristina Kirchner.
—¿A quién favorece más que se hable de re-re, a Cristina para que no se le diluya el poder o a la oposición por el eventual rechazo que genera la idea?
R: A Cristina.
L: Está dividido, porque la oposición encuentra un punto en común donde confluir. Yo no sería taxativo en que sólo se beneficia el oficialismo.
R: Yo no digo sólo, sino mayoritariamente. A la oposición también le genera tensiones de posicionamiento, por lo que no termina siendo tan positivo.
G: Es un espacio de oportunidad para los dos por igual. Puede ser el gran elemento articulador para la oposición o el último eslabón que lo suma en la peor de las catástrofes.
C: La oposición denuncia sobre temas de corrupción y no tiene ningún impacto. Denuncia sobre políticas equivocadas en temas de inseguridad y no tiene ningún impacto. Ahora denuncia sobre la reforma de la Constitución, por los intereses ocultos, pero tampoco va a tener ningún impacto.
—¿Cómo influye Scioli en la perspectiva a futuro?
L: La imagen de Scioli es buena, siempre la tuvo. Pero es incomparable al liderazgo nacional de Cristina.
R: En un escenario sin Cristina, Scioli capitaliza gran parte del voto a Cristina y suma un 7 u 8% de peronismo disidente.
G: Scioli podría ser presidente si se decidiera a serlo. Una de las grandes demandas que tiene es que no se decide, y eso le juega en contra.
C: Es el dirigente con segunda mejor imagen. Y si uno saca a Cristina es el único con capacidad de captar su voto. Para la gente forma parte del kirchnerismo.
—¿Debería romper?
L: Scioli no puede romper, porque requiere del Gobierno nacional permanentemente. Y porque forma parte del proyecto desde sus orígenes. Sería un disparate.
R: Comparto. El cristinismo duro quiere que rompa.
L: Y la derecha dura.
R: Sí, claro. ¡Coincidimos con Artemio!
G: Si Scioli se plantara sería una ganancia. Pero jamás le aconsejaría eso, porque la ganancia en opinión pública sería a la larga un búmeran, porque recibiría un embate imposible de soportar.
L: ¡Pero vos porque tenés a Cristina cuarta en imagen!
C: No le recomendaría que rompa, porque lo colocaría en un lugar poco claro.

Los números varían en más de 20 puntos
Los cuatro encuestadores reunidos evidenciaron las diferencias que existen al medir la opinión pública. Artemio López y Luis Costa creen que Cristina Kirchner se mantiene en un nivel similar o apenas menor al del año pasado. Federico González ve una caída considerable, mientras que Graciela Römer se para en un punto intermedio.
Las diferencias en la imagen de la Presidenta son de más de 20 puntos. En el debate en PERFIL tampoco coincidieron en cómo explicar esas distancias.
—¿Por qué se dan tantas diferencias?
LOPEZ: Por cuestiones metodológicas.
RÖMER: Es una situación extraña, esto no sucede en otros países. Uno podría adjudicarlo a inexperiencia, pero no es el caso. Llevamos muchas décadas de análisis de opinión pública, hay consultoras reconocidas. Por eso pongo en esto un enorme signo de interrogación. Y de ninguna manera es algo que puede ser atribuido a diferentes metodologías.
COSTA: Hay muchas razones por las cuales una encuesta puede dar diferente a otra. Es muy normal. La cobertura territorial, el método de recolección... el método telefónico te limita.
R: Pero estamos hablando de encuestas serias. Eso lo sabemos todos.
GONZALEZ: Todos conocemos las cuestiones metodológicas de manera suficiente. Y tampoco soy un purista metodológico, hay pequeñas oscilaciones. Ahora, cuando tenemos que una medición da 39 de imagen y otra da 60 parecería que las encuestas no sirven para nada.